Este mensaje va muy especialmente dirigido a los hermanos mexicanos nacidos y radicados en Ciudad Juárez, Chihuahua, puerta de entrada de la America Latina. La providencia nacional dispuso que fuera esta valerosa ciudad, el punto de partida (o de caída) del General Porfirio Díaz de la Presidencia de la República.
Hoy, Ciudad Juárez, sufre 100 años de abandono y abusos de los gobiernos revolucionarios y de sus blancos vecinos, presentes del otro lado del río que los mexicanos llamamos Bravo. Nuestro corazón y aliento con nuestros queridos juarenses, gente honrada y decente. Coraje, la luz al final del túnel esta cerca.
Ciudad valerosa es en verdad Juárez, el antiguo Paso del Norte es ciudad de presidentes. Fue refugio del Presidente Juárez y su gobierno republicano durante la guerra con los franceses, mientras el General de División José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, recuperaba para la Patria la Ciudad de México, capital de los mexicanos y bajo su mando, restablecía el orden y la paz en la ciudad, llevándose el reconocimiento y el aplauso de los capitalinos, y el perdón y la solicitud de clemencia de los conservadores derrotados.
Tiempo después, fue la misma Ciudad Juárez, el lugar donde el Presidente de la República, General Porfirio Díaz Mori, se entrevistó con su similar norteamericano, William H. Taft, primera entrevista entre los presidentes de ambas naciones soberanas.
Cien años después, la historia de Ciudad Juárez es diametralmente diferente, hoy Juárez es sinónimo de violencia, sangre, muerte, drogas y vicios, la ciudad de los presidentes, fue reducida a lo más oprobio y grotesco de las Américas. Los juarenses viven, no, mejor dicho sobreviven encerrados en sus casas, como si fueran ellos los criminales, hombres y mujeres, padres, madres, hijos, hermanos, lloran sin cesar a sus muertos, mientras la Patria llora lagrimas de sangre por sus hijos caídos, ¿Era eso en verdad lo que esperabas querida Juárez, cuando apoyaste a la Revolución?, ¿Cuanto tiempo más estarás condenada a sufrir?.
Aún hay tiempo amigos de Juárez, que la providencia nacional, que fué la que los puso en tan terrible encrucijada, quiera que sean ustedes quienes acojan con renovado orgullo y patriotismo, el retorno seguro de los restos mortales de nuestro caudillo.
Rescaten juarenses su ciudad, porque si Juárez es rescatado, la Patria tendrá esperanza, la esperanza de México, es la esperanza de Ciudad Juárez. Tomen, pues, los destinos de su ciudad, nosotros los porfiristas, no tenemos más que palabras de apoyo y disposición para obrar en el rescate. Hacemos extensivo el presente saludo y nuestros buenos deseos, a todo el pueblo del estado de Chihuahua, que también sufre en todo su territorio los embates continuos de la violencia, del olvido y la pobreza con la que los gobiernos revolucionarios han pagado a sus seguidores sus labores en la Revolución y con la que han maldecido a los hijos de aquellos revolucionarios.
No progresará este Movimiento Porfirista, sin la adhesión y la contribución generosa del pueblo de Chihuahua, pueblo honesto, cuna de hombres rectos y cabales, el "Estado Grande", no por la grandeza de su territorio, sino por la grandeza de su gente. Sea pues voluntad del pueblo de Chihuahua, tomar y llevar a cabo los principios y solicitudes de los partidarios de este plan, cuya finalidad máxima es el restablecimiento y la salvación de nuestra querida Patria Mexicana.
Con Respeto.
Honor y Gloria al General Porfirio Diaz.
